¿Por qué las bacterias prefieren a las mujeres? La verdad detrás de las infecciones urinarias
- Dr. Julio Enrique López Ruigómez
- 13 mar
- 3 Min. de lectura

Hablemos de un problema incomodo, si presentas ardor o malestar al orinar, esta información te interesa. Hoy te voy a contar todo sobre esas molestas infecciones de vías urinarias (IVUs). Sí, esas mismas que hacen que quieras vivir cerca de un baño por miedo a no llegar a tiempo. A ver, empecemos con un dato curioso: ¿Sabías que las mujeres tienen hasta 10 veces más probabilidades de tener una infección de vías urinarias que los hombres? Y no es porque las bacterias prefieran a las mujeres, sino que todo se debe a la anatomía.
La culpa es de la anatomía
Imagina el meato urinario, ese orificio que está en la punta de la uretra, por donde hacemos pipí. En las mujeres, está peligrosamente cerca de la vagina y la región rectal, como vecinos que no siempre se llevan bien. Las bacterias del intestino, sobre todo Escherichia coli, que habita alegremente en el recto, pueden tomar un “viaje express” hacia la uretra. Y como en las mujeres esa distancia es de apenas unos pocos milímetros, pues el trayecto es cortísimo, casi como cruzar la calle. ¿El resultado? La infección sube por la uretra como si de una escalera mecánica se tratara y llega a la vejiga, provocando ardor, dolor y urgencia para orinar. No es necesario ser activa sexualmente para que esto suceda; simplemente, la cercanía entre las “tuberías” facilita el tránsito bacteriano.

En los hombres, la historia es diferente. Tienen una uretra mucho más larga y sus bacterias tienen que hacer un viaje de maratón para llegar a la vejiga, lo que hace que las infecciones sean menos frecuentes. Así que, anatómicamente, las mujeres juegan en desventaja.
IVUs desde la cuna hasta la vejez
Las IVUs no discriminan por edad. Las recién nacidas pueden tenerlas debido a anomalías congénitas, las adolescentes por cambios hormonales, las mujeres en edad fértil por la actividad sexual (aunque, de nuevo, no es el único factor), y en la vejez, la historia continúa por factores como la menopausia o el uso de sondas. Es decir, las IVUs son como ese invitado indeseado que aparece en todas las etapas de la vida.

¿Y qué hay de otras causas?
Claro, no todo es culpa de las bacterias que hacen “autoestop” desde el recto. Existen otros motivos por los que puedes tener una infección de vías urinarias:
Piedras en los riñones: Los cálculos renales, esas piedritas que a veces se forman en los riñones, pueden causar obstrucción en el tracto urinario. Cuando esto ocurre, la orina queda estancada, lo que convierte a la vejiga en una especie de jacuzzi ideal para que las bacterias se reproduzcan. Además, las piedras irritan las paredes del tracto urinario, favoreciendo la infección.
Enfermedades autoinmunes: Algunas condiciones, como el lupus, pueden debilitar el sistema inmunológico y hacer que las infecciones de vías urinarias sean más frecuentes.
Medicamentos: Ciertos medicamentos, como los inmunosupresores, también pueden hacer que el cuerpo sea menos eficiente en combatir las bacterias, por lo que te vuelves más susceptible a las IVUs.
Actividad sexual: Aunque no es la única causa, las relaciones sexuales pueden aumentar el riesgo de una IVU. El famoso “cistitis de la luna de miel” se refiere a la infección que algunas mujeres desarrollan tras su primera relación sexual o tras un fin de semana de maratón amoroso. Pero, repito, la infección puede ocurrir sin necesidad de actividad sexual.
Cirugía: Las intervenciones quirúrgicas en el área pélvica o el uso prolongado de sondas urinarias también elevan el riesgo de infección. Las sondas actúan como una autopista de cuatro carriles para las bacterias.
Cambios hormonales: Durante la menopausia, los niveles de estrógeno disminuyen, lo que altera la flora vaginal y favorece que las bacterias malas se sientan en casa.
Pero, doctor, ¿Cómo lo evito?
Si quieres mantener a las IVUs a raya, lo más importante es mantener una buena higiene, orinar después de las relaciones sexuales (piensa en esto como “limpiar las tuberías”), beber suficiente agua para “lavar” el tracto urinario y evitar aguantar las ganas de orinar. También es útil evitar productos irritantes como los jabones perfumados en la zona genital.
Recuerda que una IVU no siempre es algo grave, pero si no se trata a tiempo, puede complicarse y afectar los riñones, lo cual sí sería un problema mayor. Así que si sientes dolor o ardor al orinar, no dudes en consultar a tu médico.

En resumen, las IVUs son esas “amigas indeseadas” que nadie quiere, pero que muchas mujeres conocen de cerca. La anatomía femenina, por sí sola, es un factor de riesgo. Afortunadamente, hay formas de prevenirlas, así que no dejes que te arruinen el día.
¡Cuida tu salud y mantén a raya a las bacterias! Y si alguna vez sientes que estás viviendo en el baño, ya sabes por qué.
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